Juan Carlos Callacondo Velarde
Comunicador
Social y docente universitario
Ayer
miles de personas desfilaron por las calles en defensa de la vida, algunos
motivados por sus confesiones religiosas, otros movidos por sus ideales y
convicciones y muchos obligados por la determinación de los directores de las
Instituciones Educativas. En estos últimos años algunos grupos e instituciones nos están llevando
a la polarización innecesaria entre la campaña de “vida si” o “despenalización del aborto”. Entre la “familia”
o “unión civil”.
Seguro
que son legítimos ambas reivindicaciones o exigencias. Pero por los discursos y
la forma defensa fundamentalista pareciera que nos ponen como las únicas dos vías,
los dos únicos problemas por los que tenemos tomar partido. Otros consideramos
que ambos casos pueden ser complementarios, que entre ambos opciones no hay oposición,
o simplemente vivimos felices sin involucrarnos en ninguno de ellas. Creo que hay
otros problemas más trascendentes que deben llamar la atención de parte de la mayoría
de la población. Hay otros problemas mayores que nos afectan diariamente
nuestra calidad de vida que deben
colocarse en campaña y debate con la misma intensidad.
Yo
amo la vida y también la libertad. La
vida es la expresión más sublime y extraordinaria que vivimos una sola vez.
Estoy en total de acuerdo que debemos
defenderla en todas sus formas y expresiones, defender la vida tal vez sea uno
de los actos de mayor trascendencia que nos humaniza y nos revindica como especie
racional que habitamos este universo. Por eso, debemos defender la vida no solo contra el aborto, sino también contra
el crimen, la violencia, contra la pobreza, la corrupción, contra la mala
calidad educativa, la oportuna de atención de salud, contra la contaminación. Todos
estos actos generan destrucción, desconfianza, desnaturalización de la vida y
la humanidad. Debemos tener la misma convicción para defender una vida digna y
de mejor calidad.
La
libertad tal vez sea la segunda categoría más importante en la vida de las
personas. Ejercer y poseer
responsablemente la libertad nos muestra el nivel de madurez y expresión del nivel cultural y educativo al que llega
una sociedad. Entre la vida y la libertad no existe ninguna oposición, muy por
el contrario una complementación perfecta. La opción de la “despenalización del
aborto” o la “unión civil” solo es un
acto individual y responsable del ejercicio de la libertad. Tal vez tampoco nos
incumbe a la mayoría de los peruanos.
Pero
si estoy en contra de la polarización de la sociedad en dos temas que son opción
de la libertad individual de las personas. Si estoy en contra de fanatismo que
se imprime en la defensa de cada uno. Estos actos si atentan contra la vida
digna y atentan el derecho a la libertad. Señores hay otros problemas de mayor preocupación
que deben motivar nuestras vidas.
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