LOS 100 DIAS DE PPK

Juan Carlos Callacondo Velarde                                                                                   
Comunicador Social y docente universitario
Esta semana se cumple los primeros 100 días de la gestión de PPK al frente del gobierno. Los 100 días es un tiempo simbólico para ver cómo serán los próximos 5 años de la gestión de una autoridad.  El presidente Norte americano Franklin D. Roosevelt fue el primero en utilizar los cien días iniciales como parte de una estrategia de comunicación para que su gobierno fuera evaluado y se pueda marcar una diferencia con la gestión anterior y así demostrar que sí hay un nuevo estilo y esquema para gobernar el país.
El premier Zavala al iniciar esta gestion había diseñado una estrategia efectista denominado “Plan de los 100 días” el mismo tuvo como ejes centrales el sistema anticorrupción, la seguridad ciudadana, el crecimiento económico y el sistema de saneamiento. Se adelantaron con el balance  todo hace parecer que abandonaron dicho plan. Sin embargo, haremos mención algunos aspectos.
En el  eje de corrupción, fue para demostrar que este mal endémico está enquistado al más alto nivel del poder. A PPK le reventó en la cara los actos de corrupción de su consejero presidencial Carlos Moreno quien mostró  que la corrupción es más poderoso que cualquier otro esfuerzo. De igual forma nos hizo ver  que el sector salud  se abate entre la vida y la muerte. A lo sumo en esta línea PKK  hizo la publicación de la Ley de Muerte Civil.
En Seguridad Ciudadana hay pequeños avance destacable, se muestra un diseño de atacar la delincuencia descabezando bandas, según el ministro del interior se han capturado 234 delincuentes peligroso, se ha mejorado las remuneraciones de la policía. La inseguridad en las calles se ha incrementado considerablemente.
En material de crecimiento económico según PKK se hizo muchos viajes y una de ella fue a China para  atraer más turistas, para reactivar el sistema macro económico para volver a crecer por lo menos en 5%  en el PBI. Sin embargo todo hace prever que está muy cerca los conflictos mineros de las Bambas, Tía María entre otros. En el sistema saneamiento dicen que destrabaron algunas obras para agilizar la construcción de más  sistemas de agua potable y desagüe.
El balance  de  los 100 días del ministro de Zavala nos mostró logros de los ministros de cada sector, que en muchos casos es la continuidad de las colas que quedó del gobierno de Humala.   Como la convocatoria del concurso de directores para 13 mil plazas en el sector educación. Donde esta  lo prometido que los maestro iban ganar el doble, aquí no hay ninguna novedad tampoco avances.

A los 100 días PPK nos demuestra que tiene problemas para gobernar  y su principal problema es no tener un partido político para gobernar y tampoco tiene la intención de construir. En suma, si será los próximos 5 años, serán cinco años de los mismos.

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UNA FRACTURA LLAMADA PERÚ

JEFFERSON HELMER VERA CRUZ
Estudiante Universidad La Salle


Fue en la primaria cuando el negro “José” Flores, el prospecto de atleta se fracturó la pierna en una de esas zancadas que solo él podía realizar, durante un partido de fútbol. “Los negros son atletas, siempre será así, ¿por qué?, porque el negro no piensa, solo corre”, decían algunos “brothers” de la clase.
En el recreo, afuera de las aulas del plantel educativo Inmaculada Concepción en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero el rumor corrió a voces. “¿Te enteraste lo que le pasó al negro?, claro pe´ cholo, se rompió la pata, el gringo “Pecas” lo jodió”, expresiones como esas se escucharon en la cancha de cemento, en el lugar donde las chicas que se hacían llamar las Spice Girls, pasaban los 15 minutos del recreo para exhibirse y contar que el papá de Gladys García Quispe, la líder del grupo, había viajado a los Estados Unidos, aunque el padre de la adolescente se había ido de ilegal a probar suerte al país del Tío Sam. Fue en ese escenario, en ese pequeño espacio en donde a raíz de un evento fortuito, de manera inconsciente el grupo de adolescentes dejó a la vista la radical alteridad y el grado de perturbación histórica del país marcada por la desigualdad social.
“Cholear es algo que los peruanos sabemos y no podemos, aparentemente, dejar de hacer. Es tan nuestro como el ceviche, la cancha, el fútbol o la cultura chicha en cualquiera de sus proteicas manifestaciones. Es parte integrante de nuestra esencia. Pero el hecho de que esté integrado a nuestra convivencia, no significa que esté exento de costos personales y sociales, por no hablar de daños, tan elevados como urgentes de erradicar”, dice el psicoanalista Jorge Bruce (Bruce, 2007) en su libro “Nos habíamos choleado tanto” un juego de palabras en relación a la película italiana del director Ettore Scola, “Nos habíamos amado tanto”.
Nada cambió, no cambiaron como los personajes del filme, el racismo se heredó como el ácido desoxirribonucleico y siguió, gen tras gen como la anécdota escolar. Una historia que inclusive hoy, después de mucho tiempo se sigue contando como José el negro que se fracturó y Raúl el cholo que pregonó el chisme de la fisura.
“Parece existir una continuidad histórica entre las causas de la desigualdad de hace dos siglos y las de hoy en día”, dice David Sulmont investigador de análisis cuantitativo para la investigación social (Sulmont, 2005).
Hace 11 años la organización no gubernamental Demus, un grupo feminista peruano, presentó la encuesta nacional  en torno a la discriminación social en el Perú. La indagación fue hecha a 1600 personas de 18 años a más. La investigación arrojó que el 80% de entrevistados tenía una percepción negativa de la actual sociedad referidas al machismo, conflictividad social y al racismo. Respecto de este último punto indicó que  la mayoría de peruanos perciben que el origen étnico o la identidad cultural siguen siendo discriminantes en la generación de distancias sociales. La mayoría, según indica la encuesta piensa o cree que los indígenas y los afroperuanos y mestizos son personas fuertemente limitadas en sus derechos.
Según Gonzalo Javier Enrique Portocarrero Maisch un sociólogo, científico social y ensayista peruano ha indicado que la doctrina racista nacida en la colonia creó un fundamento invisible vigente hasta hoy, criterios clasificatorios y la ideología implícita de la convivencia entre dominantes y dominados.   
Una idea mantenida en lo que escuchamos, comemos o vemos de manera descarada. Publicidad, telenovelas y  series en las que la “clase alta”, está representada por un hombre blanco, buena posición económica etcétera algo parecido como la novela noventera “Natacha”, en la que inclusive el personaje principal guardaba cierto recelo con los rasgos peruanos.
“El pretendido afecto que sobrellevarían en el Perú a las susodichas palabras, zambito, chinito, cholito, ponjita, aplicadas incluso por amor filial o erótico – mi negra, mi cholita- o por estima y cariño, resulta un subterfugio de hipocresía que quiere encubrir sometimiento, dependencia, vituperio y simpatía racista. ¿Simpatía racista? Habría que preguntarles a los destinarios del trato, no a quienes se atribuyen las piedras filudas de las buenas intenciones”, dice el escritor peruano Gregorio Martínez. Y complementa con la frase: “A mí, personalmente no me ofenda ni me incomoda que me digan zambo, pero esto resulta incorrecto y maligno” (Martínez, 2005).
El Perú se encuentra en una etapa poscolonial que no ha logrado superar, problemas de la época en donde el racismo y la raza siguen siendo el tema central. El racismo seguirá siendo uno de esas contrariedades que la población en general se resiste a tratar. Es una fractura, una rotura, una lesión que aún no se ha curado y que no se curará hasta que el trato cotidiano cambie, el ámbito público, el entorno publicitario y comunicacional tome un nuevo giro, hasta entonces habrá un José y un Raúl en el subconsciente de la gente.

Trabajos citados

Bruce, J. (2007). Nos habíamos choleado tanto . Lima : Universidad San Mart{in de Porres.
Martínez, G. (2005). Mambo N°5. Lima : Imago.
Sulmont, D. (2005). Encuesta Nacional sobre la exclusión y discriminación social. Lima: Demus.


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A PROPÓSITO DE LA MARCHA POR LA VIDA.

Juan Carlos Callacondo Velarde
Comunicador Social y docente universitario
Ayer miles de personas desfilaron por las calles en defensa de la vida, algunos motivados por sus confesiones religiosas, otros movidos por sus ideales y convicciones y muchos obligados por la determinación de los directores de las Instituciones Educativas. En estos últimos  años algunos grupos e instituciones nos están llevando a la polarización innecesaria entre la campaña  de “vida si”  o “despenalización del aborto”. Entre la “familia” o  “unión civil”.


Seguro que son legítimos ambas reivindicaciones o exigencias. Pero por los discursos y la forma defensa fundamentalista pareciera que nos ponen como las únicas dos vías, los dos únicos problemas por los que tenemos tomar partido. Otros consideramos que ambos casos pueden ser complementarios, que entre ambos opciones no hay oposición, o simplemente vivimos felices sin involucrarnos en ninguno de ellas. Creo que hay otros problemas más trascendentes que deben llamar la atención de parte de la mayoría de la población. Hay otros problemas mayores que nos afectan diariamente nuestra calidad de vida  que deben colocarse en campaña y debate con la misma intensidad.
Yo amo la  vida y también la libertad. La vida es la expresión más sublime y extraordinaria que vivimos una sola vez. Estoy en total de acuerdo  que debemos defenderla en todas sus formas y expresiones, defender la vida tal vez sea uno de los actos de mayor trascendencia que nos humaniza y nos revindica como especie racional que habitamos este universo. Por eso, debemos defender la vida  no solo contra el aborto, sino también contra el crimen, la violencia, contra la pobreza, la corrupción, contra la mala calidad educativa, la oportuna de atención de salud, contra la contaminación. Todos estos actos generan destrucción, desconfianza, desnaturalización de la vida y la humanidad. Debemos tener la misma convicción para defender una vida digna y de mejor calidad.  
La libertad tal vez sea la segunda categoría más importante en la vida de las personas. Ejercer y poseer  responsablemente la libertad nos muestra el  nivel de madurez y expresión  del nivel cultural y educativo al que llega una sociedad. Entre la vida y la libertad no existe ninguna oposición, muy por el contrario una complementación perfecta. La opción de la “despenalización del aborto” o la  “unión civil” solo es un acto individual y responsable del ejercicio de la libertad. Tal vez tampoco nos incumbe a  la mayoría de los peruanos.

Pero si estoy en contra de la polarización de la sociedad en dos temas que son opción de la libertad individual de las personas. Si estoy en contra de fanatismo que se imprime en la defensa de cada uno. Estos actos si atentan contra la vida digna y atentan el derecho a la libertad. Señores hay otros problemas de mayor preocupación  que deben motivar nuestras vidas.

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