Autor o ejecutor de proyectos ajenos
Profesor Juan Carlos Callacondo Velarde[1]
El Gobierno Regional de Arequipa esta emprendiendo un proceso de reforma educativa que tiene como propósito la mejora de la calidad educativa en la región. El gobierno nacional esta abocado en buscar los puntos más flacos del sistema educativo en el docente como supuesto causante de esta profunda crisis educativa. Estas reformas están equivocadas una vez más, destinadas a morir asfixiadas y de inacción, por haber dejado fuera del tren, al docente de aula como autor y transformador principal de los cambios educativos.
Los docentes no sentimos estar identificados con los planteamientos de estas nuevas propuestas. Todas las reformas de estos tiempos forman parte de recomendaciones internacionales o preocupaciones nacionales donde la política se subordine a la economía, lo que obliga a que las tesis de una teoría económica de libre mercado se traduzcan a estrategias y acciones educativas. De allí que es mas fácil intentar cambios en la estructura organizativa de las instancias administrativas o condicionar a los maestros, mas que construir una propuesta educativa encausada en modelos educativos propios y pertinentes que se encienda como fuego en las ideas, las mentes y corazones de los maestros y los estudiantes peruanos.
Las ideas centrales de estas reformas se sustentan y traducen el pensamiento de liberalismo económico, la modernización, reducción del gasto público, eficientismo, presupuesto por resultado, como producto de la crisis fiscal. Por todos los medios se plantea la necesidad de optimizar y gastar menos, más no en incrementar e invertir en una educación de equidad y calidad. Siendo preocupaciones de un modelo económico más que educativas.
Convertir de docente a empleado.

Sin embargo, existe una fuerte tendencia de ritualizar, menoscabar y burocratizar el trabajo docente, ésta surge de la vinculación que tiene la tarea docente con los proyectos del estado, perdiendo su ejercicio liberal de la profesión, donde recibe una serie de prescripciones sobre su desempeño, el docente solo debe cumplir con el tiempo, horario, entrega del diario de clase, cumplir un programa, asentar las calificaciones, cumplir con el mandato regional y nacional de implementar las reformas , por todo ello recibe un salario convirtiéndose en un empleado, al que nunca le invitan a participar seriamente, democráticamente y participativamente de los cambios educativos. La reestructuración de la Gerencia de Educación por parte del Gobierno Regional también alienta esta segunda tendencia
Las reformas educativas sin alma y espíritu docente
Las reformas educativas como actos de gobierno, son posibilidades a través del cual el estado tiene la oportunidad de reorientar las políticas de la educación. Los últimos quince años del siglo XX se han caracterizado por el establecimiento de un conjunto de reformas educativas que tienen como metas comunes; lograr mayor equidad en el acceso a la educación; mejorar la calidad del servicio, establecer un conjunto de sistemas con tendencia a informar a los usuarios (estudiantes, padres de familia y sociedad) de los resultados de la educación, revisar los contenidos que se integran en el currículo, mejorar los materiales y textos de trabajo con escasa orientación de los principios psicología del aprendizaje.
De hecho surgen las preguntas ¿Por qué los docentes no son actores y autores centrales en las reformas? O bien ¿Por qué tienden a rechazarlas o ignorarlas? Ciertamente que no encontramos una respuesta única. El ideario de las reformas debe suponer otra cosmovisión de la educación, donde lo pedagógico es lo central y el maestro el autor y el actor principal.
Mejorar la calidad de la educación debe significar modificar los sistemas de enseñanza, contar con diversos materiales de apoyo al trabajo escolar, modificar la cosmovisión que tiene el docente sobre su profesión (profesionalizar la imagen que el docente tiene de sí mismo, así como las condiciones objetivas donde desempeña su labor) lo que significa modificar en los hechos también sus percepciones económicas.
[1] Docente del Instituto Superior Pedagógico Arequipa, Presidente del CECYCAP y miembro del Núcleo Educativo Regional de Arequipa.
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